Sí, lo sé, la primera reacción es de estupor, incluso de desorientación. A continuación viene la fase de "cabreo", lo sabemos, la cabra tira al monte... La siguiente fase del proceso es la llamada "Dios le da pan a quien no tiene dientes", puesto que tales ejemplares suelen ir acompañadas de auténticos energúmenos por lo general más feos que pegarle a un padre. La vida es así.
He tenido ocasión de verla en vivo y en directo este verano por las playas y los clubs de una de las pitiusas y, aunque parezca mentira, me pongo colorado cuando me mira. Colorao, morao, verde, azul y no tan rojo, como diría el Maestro Sakamura.
Me hice pasar por psicólogo argentino, lo cual le hizo muchísima gracia pues mi acento argentino es más bien una mezcla de catalán y gallego, y claro... Pero a veces, sólo a veces, los errores funcionan mejor que los aciertos y cuando eso pasa... lo flipas nén, lo flipas.
Me contó muchas cosas, algunas puedo contarlas pero otras no porque son demasiado personales, ya sabéis, secreto profesional. Tras una tarde "de cine" contándonos nuestras vidas cual enamorados veraniles vulgaris, con nuestras manos entrelazadas encima de la mesita de madera del chiringuito, pedí dos caipirinhas más al camarero. Fue un primor. Y ya, llegado el momento, la invité a cenar.
Me sonrió dulcemente y ante tal "savoir-faire" por mi parte, me dijo:
- No, mi novio me espera en el hotel y no puedo perder más tiempo aquí. Ha sido un placer conocerte. Adiós.
Todavía hoy, y ya ha pasado bastante tiempo, me despierto varias veces por noche lloriqueando y convulsionando mis extremidades cual perro en plena pesadilla . No es justo, me digo entre gemido y quejío, no hay derecho!
Pero la vida es así.
Chica de esta semana : Vangélica.